En una publicación extensa del diario español El País se lee que “la economía china es la gran excepción este año entre los principales mercados globales, devastados por la pandemia de la COVID-19. (…) Los expertos del FMI [Fondo Monetario Internacional] prevén que su PIB [producto interno bruto] aumentará un 1 %”, este año.
El crecimiento de la economía china, aunque muy lejos del 6 % al que aspiraba Pekín antes de que estallara la crisis de la pandemia, cambia el panorama del primer trimestre, cuando se contrajo un 6,8 %, sin precedentes desde 1976.
El artículo detalla varios campos en los que se evidencia la recuperación de la economía china, entre ellos anota que la inversión en activos fijos aumentó en agosto un 9,3 % frente al 8,3 % del mes anterior, y la producción industrial un 5,6 % desde el 4,8 % de julio. Los principales grupos inmobiliarios registraron un aumento del 30,7 % en la compraventa de viviendas. La de automóviles, un 6 %.
Según el análisis, la clave ha sido, en primer lugar, el rápido control de la pandemia y rápidas medidas de apoyo al sector de la producción, enfocándose en la protección del empleo.
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